sábado, 14 de enero de 2012

Un preso intenta frenar su expulsión del país al casarse con otro recluso

El juzgado rechaza la paralización del proceso que pidió el interno boliviano condenado por tráfico de drogas La historia de Osvaldo y Andrés podría ser el guión de una telenovela de esas que cuentan sus seguidores por decenas de miles en las sobremesas. Algo así como Amar en tiempos de cárcel, aunque asunto aparte sería comprobar si ese sentimiento es verdadero o una treta para tratar de conseguir otros fines. El caso es que Osvaldo cumple o estaba cumpliendo seis años de prisión por un delito de tráfico de drogas en la cárcel de Picassent. A principios de 2011 se le comunicó la orden de expulsión del país, según las fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS. Y fue entonces cuando al preso, de nacionalidad boliviana, se le apareció el amor de Andrés, otro recluso natural de una localidad de Camp de Turia. Se ignora si su relación se inició antes de que conociera la probabilidad de que regresar a su país de origen. Y el culmen de ese amor llegó con el matrimonio, como tantas otras parejas, durante el verano del pasado año. No suele ser frecuente bodas dentro de la prisión y menos todavía entre personas del mismo sexo. Osvaldo agotó la vía administrativa para tratar de frenar la expulsión del país. Una medida habitual porque también supone un ahorro considerable a las arcas públicas. Diferentes estudios cifran en torno a 23.000- 25.000 euros anuales el coste de un recluso en cualquier cárcel española. No le quedó más remedio que recurrir a la vía Contencioso Administrativa para impedir verse separado de su amor o quizá de España. Así, presentó en el recurso su inscripción en el Registro Civil como matrimonio e incluso sostuvo que su pareja, Andrés, había renunciado al tercer grado -régimen penitenciario que permite una gran flexibilidad en la salida de prisión- para poder estar más tiempo junto a él. Su argumento era evitar su salida de España en beneficio de la unidad familiar. Se desconoce si realmente Andrés llegó a renunciar a su libertad parcial por Osvaldo. No obstante, la estrategia o el amor -difícil es decidirse por una sin hablar con los protagonistas- no ha impedido la paralización del procedimiento. Hace un mes aproximadamente un auto del juzgado denegaba que quedara en suspenso la expulsión de Osvaldo. El hecho de estar casados no impide la expulsión ya que la Administración puede mantenerla siempre que considere que supone un peligro para la sociedad.

http://www.lasprovincias.es/v/20120114/comunitat/preso-intenta-frenar-expulsion-20120114.html