La gente se olvida que no somos lo que decimos, ni lo que tenemos, somos aquello que hacemos. Por lo tanto todo aquel que lleva un estilo de vida alejado de la lucha, sumergido en la extrema vagancia sin trabajar, sin estudiar, sin dar un palo al agua, dedicándose únicamente al ocio, nada tiene que ver con el patriotismo ni el fascismo, en todo caso se asemejan más a la chusma de extrema izquierda.