martes, 25 de junio de 2013

Medias tintas

“Hace poco leía lo siguiente: “Formar parte de una ideología, o simplemente simpatizar con ella, no significa que la tengas que seguir a rajatabla”. Ese es el principio por el cual se rigen muchos que se dicen ser combatientes de esa Tercera Vía. Su actitud es clara, lo que no me gusta lo rechazo, y lo que me gusta, o creo que me gusta, lo suscribo. Lo expresado se acostumbra a acompañar de grandes frases acerca del Honor, la Lealtad y la Fidelidad. Curioso ¿no? Se desprecia parte de una ideología por la que murieron cientos de miles de personas, una ideología que ha conocido la depuración, la represión, los años de plomo, la cárcel, la persecución, el exilio, pero… yo “no sigo esa ideología a rajatabla”. Quien asume unos Valores, asume una ideología y esa ideología te hace tener una cosmovisión del mundo, una forma de verlo y de interpretarlo. No se puede tener una media cosmovisión del mundo, no se puede estar medio embarazada, o se está o no se está.
Tendemos a confundir los planos de lucha. Nuestra Lucha, en primer término, es espiritual, nuestra primera lucha es con nosotros mismos y sabemos que esa lucha es permanente, que está siempre presente. Nuestra segunda lucha es Nacional. Y nuestra tercera lucha es Social. Si asumimos una ideología no la podemos asumir parcialmente, una ideología no es un bagaje de ideas escogidas al gusto de cada uno, una ideología es un cuerpo doctrinal, en gran medida compacto, supeditado a muy pocos cambios. Ese cuerpo doctrinal es fruto de la asunción de unos Valores inmutables. Y en este plano de la lucha no puede haber contradicciones. Sí que puede existir debate, y de hecho debe de existir en otro plano de la lucha, el de la lucha del día a día, el que aporta un fajo de ideas y propuestas que llamamos programa político, y que es variable según cada situación en la que se encuentra nuestra Nación y nuestro Pueblo. Son recetas para conseguir el bienestar y el bienser de nuestro Pueblo. Pero nosotros no queremos reformar el Sistema, queremos cambiarlo, transformarlo, y es en este plano que no caben afirmaciones como a la que he hecho referencia, aquí la ideología se sigue a rajatabla, y si no se está dispuesto a ello, lo mejor es abandonar la trinchera y buscar otra ubicación.”

Juan Antonio Llopart

“Hace poco leía lo siguiente: “Formar parte de una ideología, o simplemente simpatizar con ella, no significa que la tengas que seguir a rajatabla”. Ese es el principio por el cual se rigen muchos que se dicen ser combatientes de esa Tercera Vía. Su actitud es clara, lo que no me gusta lo rechazo, y lo que me gusta, o creo que me gusta, lo suscribo. Lo expresado se acostumbra a acompañar de grandes frases acerca del Honor, la Lealtad y la Fidelidad. Curioso ¿no? Se desprecia parte de una ideología por la que murieron cientos de miles de personas, una ideología que ha conocido la depuración, la represión, los años de plomo, la cárcel, la persecución, el exilio, pero… yo “no sigo esa ideología a rajatabla”. Quien asume unos Valores, asume una ideología y esa ideología te hace tener una cosmovisión del mundo, una forma de verlo y de interpretarlo. No se puede tener una media cosmovisión del mundo, no se puede estar medio embarazada, o se está o no se está.
Tendemos a confundir los planos de lucha. Nuestra Lucha, en primer término, es espiritual, nuestra primera lucha es con nosotros mismos y sabemos que esa lucha es permanente, que está siempre presente. Nuestra segunda lucha es Nacional. Y nuestra tercera lucha es Social. Si asumimos una ideología no la podemos asumir parcialmente, una ideología no es un bagaje de ideas escogidas al gusto de cada uno, una ideología es un cuerpo doctrinal, en gran medida compacto, supeditado a muy pocos cambios. Ese cuerpo doctrinal es fruto de la asunción de unos Valores inmutables. Y en este plano de la lucha no puede haber contradicciones. Sí que puede existir debate, y de hecho debe de existir en otro plano de la lucha, el de la lucha del día a día, el que aporta un fajo de ideas y propuestas que llamamos programa político, y que es variable según cada situación en la que se encuentra nuestra Nación y nuestro Pueblo. Son recetas para conseguir el bienestar y el bienser de nuestro Pueblo. Pero nosotros no queremos reformar el Sistema, queremos cambiarlo, transformarlo, y es en este plano que no caben afirmaciones como a la que he hecho referencia, aquí la ideología se sigue a rajatabla, y si no se está dispuesto a ello, lo mejor es abandonar la trinchera y buscar otra ubicación.”
Juan Antonio Llopart