Tras varios minutos de total normalidad y participación destacada dentro del corteo (llegando a encabezarlo), un reducido coro de sexagenarios alentado por algún aparente militante de la antagónica extrema izquierda, comenzó a proferir insultos contra los que se encontraban tras la pancarta que exigía que ni un solo compatriota suyo más pierda su casa arrebatada por las mafias bancarias. Quizá bajo las alucinaciones producidas a largo plazo por las drogas consumidas por aquellos revolucionarios de salón en las pasadas décadas de los 60 y 70, vislumbraron algún símbolo del III Reich dentro de dichas reivindicaciones, pues los gritos de “Nazis no”, “Nazis fuera” fueron los más repetidos. Algún marginal “Puta España” también surgió de entre el grupúsculo (que algún genio explique a que personas pretenden defender con su acción social estos iluminados).
Debido al clima de crispación generado por estos personajes que consideran que cualquier protesta social en la calle es propiedad exclusiva de su izquierda rancia, la UIP se vió obligada a intervenir bajo sus protocolos habituales en este tipo de casos, expulsando de la marcha a los agredidos en lugar de a los agresores con el pretexto de “garantizar la seguridad del acto”.
Fuente: El Occidental