martes, 1 de febrero de 2011

Hidromiel


El hidromiel es posiblemente la primera bebida alcohólica consumida por el hombre, es anterior al vino y puede ser precursora de la cerveza pero de más calidad que ésta.
Es una bebida fermentada a base de miel y agua y su uso estuvo muy difundido entre los pueblos de la antigüedad.

La Hidromiel, popularmente conocida como vino de miel o vino de abeja, es una buena medicina para combatir problemas intestinales, siendo suficiente medio vasito o algo menos antes de las comidas para cortar las diarreas, o por lo contrario, si el problema es de estreñimiento aumentando el doble la cantidad a tomar, nos proporcionará los mismos efectos curativos.

Existen también referencias de tratamiento en úlceras de estómago, para lo que se recomienda una cucharada de hidromiel antes de las comidas y en definitiva, siempre que aparezcan molestias estomacales o intestinales, ya sean gases, nervios de estómago, cólicos, etc..., será suficiente administrar medio vasito de hidromiel.

El hidromiel es una bebida alcohólica fermentada a base de miel y agua. Consumida desde la antigüedad, esta bebida se menciona por primera vez en los versos del Rig Vedá (compuesto entre el 1700 y el 1100 a. C.), uno de los libros sagrados del Vedismo

Los griegos le daban el nombre de melikraton y los romanos la llamaron agua mulsum. Popularmente se le dio el nombre de bebida de los dioses.
No solo era conocida por griegos y romanos, pueblos tan diferentes como los mayas, celtas, sajones y vikingos preparaban y consumían esta bebida, con algunas variaciones en su fabricación.

El hidromiel puede alcanzar una graduación de 10-11,5º.
Debemos tener cuidado pues nuestra mezcla puede ser invadida por microorganismos que transformarán nuestro hidromiel en vinagre.

Antiguamente existía la tradición de que los recién casados tomaran hidromiel durante todo un ciclo lunar. Con lo que se pretendía conseguir que el primer hijo fuese varón. De ahí deriva la tradición de la "luna de miel".

El Hidromiel, al no poseer lípidos, no produce resaca ni dolores de cabeza, ya que el organismo procesa el alcohol de manera rápida. Por eso era la bebida preferida de los soldados romanos que se emborrachaban en las noches para levantarse a luchar al día siguiente renovados completamente.