domingo, 10 de marzo de 2013

Vivimos en una cleptocracia

“Las clases dominantes no han sido nunca ningunos angelitos. Sin embargo, eran tan sensibles que no mostraban sus intenciones. La decadencia real de la época actual consiste en que quizás se vanaglorian de su propio envilecimiento. Lo que tiene que ver con lacleptocracia. La aberración se ha convertido en programa político. Es incomprensible cuánta gente vota a los partidos con este programa, incluso debiendo contar con que, muy seguramente, no van llegar a la ladronera. Puedo llegar a comprender al ladrón (incluso si soy incapaz de perdonarlo). Estos ingenuos votantes de bandidos no pueden ni comprenderlos”.
Jean Keller - 
Laberinto nº 34 / 2011

“Las clases dominantes no han sido nunca ningunos angelitos. Sin embargo, eran tan sensibles que no mostraban sus intenciones. La decadencia real de la época actual consiste en que quizás se vanaglorian de su propio envilecimiento. Lo que tiene que ver con la cleptocracia. La aberración se ha convertido en programa político. Es incomprensible cuánta gente vota a los partidos con este programa, incluso debiendo contar con que, muy seguramente, no van llegar a la ladronera. Puedo llegar a comprender al ladrón (incluso si soy incapaz de perdonarlo). Estos ingenuos votantes de bandidos no pueden ni comprenderlos”.
Jean Keller - 
Laberinto nº 34 / 2011