sábado, 30 de marzo de 2013
martes, 26 de marzo de 2013
lunes, 25 de marzo de 2013
domingo, 24 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
martes, 19 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
viernes, 15 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
Mantenerse en pie
“Que ellos se permitan su verdad y tu procures sólo unas cosa: Mantenerte en pie en un mundo en ruinas”
Julius Evola
miércoles, 13 de marzo de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
lunes, 11 de marzo de 2013
Somos fascistas
“Debemos recuperar la palabra “fascista” de la boca de nuestros adversarios, de toda la palabrería democrática y antifascista, y hemos de retomar esta palabra como un desafío”.
Pierre Drieu La Rochelle.
domingo, 10 de marzo de 2013
Vivimos en una cleptocracia
“Las clases dominantes no han sido nunca ningunos angelitos. Sin embargo, eran tan sensibles que no mostraban sus intenciones. La decadencia real de la época actual consiste en que quizás se vanaglorian de su propio envilecimiento. Lo que tiene que ver con la cleptocracia. La aberración se ha convertido en programa político. Es incomprensible cuánta gente vota a los partidos con este programa, incluso debiendo contar con que, muy seguramente, no van llegar a la ladronera. Puedo llegar a comprender al ladrón (incluso si soy incapaz de perdonarlo). Estos ingenuos votantes de bandidos no pueden ni comprenderlos”.
Jean Keller -
Laberinto nº 34 / 2011
viernes, 8 de marzo de 2013
Virtud y valores: No bajar los brazos.
La conducta que naturalmente queremos
para nosotros y para nuestras hermanas y hermanos (ya que para ellos
queremos lo mejor) va en abierta oposición -como ya se ha querido
señalar- a lo que el Gobierno de turno les depara, sea cual fuere la
tendencia que tenga.
Nosotros
buscamos la elevación del espíritu: el ser personas correctas y
gentiles, el de salir adelante y triunfar en la vida. Ellos entre otras
cosas el clientelismo político, el tráfico de drogas, las zonas
liberadas y la inestabilidad a niveles soportables. Es por eso que
aquellos hombres y mujeres que todavía hoy tienen una fuerte moralidad
son los nuevos peligrosos, de lo cual surgue claramente (aunque suene a
frase trillada) que no bajar los brazos ante el influjo de la decadencia
es para los que tienen el poder como portar un fusil, y decir cosas
distintas a las que dicen ellos como disparar.
Vale aclarar, si es necesario,
que el problema de la ausencia de moralismos entre los contemporáneos es
un problema del no emparentarse con el puritanismo o el reproche
autoritario. Y que de la misma manera en que el paternalismo moral
importa una sanción, su ausencia total es hoy un mandato o coerción aún
más severa: el de mantener una cierta obscenidad bajo pena de exclusión
social.
Esto significa que en
virtud de la Nueva ética -llevada a nuestras familias por obra y gracia
del Estado, la Prensa, y otros intelectuales bajo el control del dinero
internacional - la norma fundamental es la transgresión del tabú, de
los valores y de la Tradición, con lo que la cultura popular ha
derivado en aquello que en otra época sería tildado de anti-cultura,
principalmente en cuanto a la glorificación de lo grotesco, la
‘sexualización’ de todo ocio rozando la pornografía, y la imposición del
materialismo como estilo de vida.
En este sentido resulta
claro que los desastres y la corrupción del sistema capitalista burgués
hace que muchos jóvenes quieran sentir una “rebelión” contra el sistema.
Pero esa rebelión nunca dejará de ser meramente ‘política’ mientras que
en nuestra vida, en nuestro ocio y manera de actuar nuestro espíritu y
consciencia estén libremente impregnados de los anti-valores de aquél
sistema.
Así convenido la necesidad indica otra vez el camino, y
“no bajar los brazos” se presenta como si fuera una doctrina de
profunda rebelión, una rebelión que no debe conducirse contra nuestras
familias, ni contra la propia identidad, ni transgrediendo hasta las
creencias más profundas como su retorcida intención nos dice, sino a su
favor; una doctrina que tiene sus principios elementales en la
memoria de los abuelos y los padres e incluso antes; a los hombres y
mujeres de hoy a los principios elementales les gusta llamarles valores
–aunque a menudo no capten el sentido de sus propias palabras y sean
abusadas luego por políticos- : los valores son las palabras que sí
encierran un significado honorable.
Fuente: Comunidad & Identidad
jueves, 7 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
Victoria de Pedro Varela frente a la "justicia española"
Hoy el área, ha amanecido con alegría ante la noticia de que el estado español debe de pagar 13.000 euros por la sentencia del Tribunal Constitucional Europeo, al librero Pedro Valera por la vulneración de sus derechos como ciudadano, algo que a priori a todos nos alegra, pues demuestra un atisbo de mínima justicia en este opresivo clima de represión y persecución política, pero caballeros, no nos precipitemos en descorchar nuestras botellas y leamos la letra pequeña, pues parco consuelo nos presta esta noticia:
Resulta que la condena se ha visto motivada única y exclusivamente por un formulismo legal, que es el no habérsele comunicado en el tiempo establecido por la ley, los cargos de los que se le acusaba (algo comprensible, pues estos eran una estupidez), sin embargo, el Tribunal Constitucional de Estrasburgo declara no reconocer vulneración alguna de sus derechos como ciudadano, ni de los derechos constitucionales de libertad de expresión y prensa, porque (esto no lo dice, pero se sobrentiende) Pedro Varela es “nazi” y como tal, carece de tales (al fin y al cabo es malo y se merece todo lo que le pase).
Por nuestra parte, no vamos a celebrar nada hasta que no se reconozca lo obvio, que Don Pedro Varela es un librero que ha sido condenado por el único delito de vender libros tal y como ocurre en las dictaduras. Además, dicha resolución es sintomática del carácter tecnocrático y liberal de la Unión Europea y sus órganos, más interesados en el escrupuloso cumplimiento de la ley escrita que en la justicia con mayúsculas.
Igualmente, tampoco se especifica de dónde van a salir esos 13.000 euros, y ya sólo faltaría que mermaran aún más los fondos estatales de sanidad o educación, de modo que sólo nos resultará aceptable la sentencia, si esa multa proviene única y exclusivamente de los sueldos de los responsables personales del atropello (políticos, jueces, fuerzas del orden, etc.), porque ya la cosa clamaría al cielo si al pueblo nos toca pagar ahora, los desmanes del gobierno.
Dicho esto, no nos resta otra cosa que declarar nuestro apoyo al señor Varela y animarle a que prosiga su lucha en nombre de la justicia y la verdad, pues la cárcel nunca podrá silenciar la voz de aquel que lucha por lo que realmente cree.
lunes, 4 de marzo de 2013
domingo, 3 de marzo de 2013
sábado, 2 de marzo de 2013
Se tú mismo, levántate y lucha!
"Al preguntársele cuál era la característica de los seres humanos más común en todas partes, aquel viajero que había visto muchas tierras y pueblos, y visitado muchos continentes, respondió: la inclinación a la pereza. Algunos podrían pensar que hubiera sido más justo y más acertado decir: son temerosos. Se esconden tras costumbres y opiniones. En el fondo todo hombre sabe muy bien que sólo está una vez, en cuanto ejemplar único, sobre la tierra, y que ningún azar, por singular que sea, reunirá nuevamente, en una sola unidad, esa que él mismo es, un material tan asombrosamente diverso. Lo sabe, pero lo esconde, como si se tratara de un remordimiento de conciencia. ¿Por qué? Por temor al prójimo, que exige la convención y en ella se oculta. Pero, ¿qué obliga al único a temer al vecino, a pensar y actuar como lo hace el rebaño y a no sentirse dichoso consigo mismo? El pudor acaso, en los menos; pero en la mayoría se trata de comodidad, indolencia, en una palabra, de aquella inclinación a la pereza de la que hablaba el viajero. Tiene razón: los hombres son más perezosos que cobardes, y lo que más temen son precisamente las molestias que les impondrían una sinceridad y una desnudez incondicionales.[...] El hombre que no quiera pertenecer a la masa únicamente necesita dejar de mostrarse acomodaticio consigo mismo; seguir su propia conciencia que le grita: «¡Sé tú mismo! Tú no eres eso que ahora haces, piensas, deseas»."
Friedrich Nietzsche
viernes, 1 de marzo de 2013
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