"Esto es anticonstitucional. Si se permite segregar a un grupo, a personas que no han cometido ningún delito, esta sociedad acabará marginando a cualquier ciudadano incómodo", se queja el portavoz del NPD, Klaus Beier. "Quienes dicen defender los valores constitucionales están estableciendo un trato diferente para un grupo debido únicamente a sus ideas políticas", añade.
Ésta es la reacción del partido de extrema derecha alemán a la sentencia emitida esta mañana por el Tribunal Supremo alemán, que sienta jurisprudencia en todo el país y que avala el derecho de hoteleros y por extensión responsables de restaurantes, albergues y todo tipo de locales de ocio, que podrán invocar el derecho de admisión para impedir la entrada a sus establecimientos o disfrute de sus instalaciones a militantes de la ultraderecha.
"¿Qué será lo siguiente que prohíban a los militantes de este partido? ¿Comprar en un supermercado? ¿Acudir a una clínica?", se pregunta, indignado, Beier, ante esta sentencia de última instancia con la que se pone fin a la demanda interpuesta por el ex líder del NPD (Partido Nacional Demócrata Alemán), Udo Voigt.
Pensando en el servicio a los clientes
En noviembre de 2009, Voigt reservó junto a su mujer unas vacaciones en el balneario de lujo 'Esplanade de Bad Saarow', en el estado federado de Brandemburgo, pero el propietario se negó después a cumplir con la reserva argumentando que las convicciones políticas de los militantes de la extrema derecha son "incompatibles" con el servicio que presta el local, que quiere "ofrecer a sus huéspedes un trato excelente".
El Tribunal da en parte la razón a Voigt al aclarar que, una vez aceptada la reserva, el hotel está obligado a cumplir con ese precontrato, pero da 'carta blanca' a cualquier establecimiento público para negar la entrada a personas de esas determinadas "convicciones políticas". "Una empresa privada de hostelería puede decidir libremente a quién acoge como cliente", dicta la sentencia. Los jueces aclaran en el mismo texto que "el principio de la Ley Fundamental según el cual nadie puede ser discriminado por sus convicciones políticas no afecta directamente a las relaciones entre personas privadas y empresas».
Los abogados del NPD subrayan el difícilmente mensurable criterio que el Supremo está valorando como causa posible para negar el acceso de un posible cliente a un hotel y ponen como ejemplo a la mujer de Voigt, igualmente afectada por la negativa del hotel. Voigt pertenece al NPD desde los 16 años y fue presidente del partido desde 1996 hasta 2011. Su mujer, recuerdan, no es una persona políticamente activa.
Fuente: El Mundo