Originaria de Italia, por si sola atrayente y llena de
significado, es una expresión que permite imaginar el poder simbólico
que posee el otro lado de los Alpes, donde los defensores de la
tradición y la identidad, de la eterna Roma tuvieron que pagar con
sangre y su compromiso durante los “años de plomo”.
La comunidad militante en Italia es una gran historia, para
nosotros es un testamento. El deseo de unir la identidad de los jóvenes
más allá del simple hecho de pertenecer al mismo movimiento. El clan se
convierte en un sólido, forjandose en los aceros más resistentes.
Algunos no pueden concebir cómo podemos establecer nuestra lucha
política fuera de la carrera electoral. No optamos más a conectarnos a
nuestros futuros impulsos masoquistas, suicidas, los franceses. Si
quieren morir (nadie nos puede acusar de no haber hecho un gran esfuerzo
para abrir sus ojos), pues nosotros queremos vivir.
Queremos que nuestra sangre, que nuestra identidad sea la de
nuestros hijos, como lo fueron la de nuestros padres. Cualesquiera que
sean las fluctuaciones de los dictámenes, la felicidad o la infelicidad
en las encuestas, y sobre las sorpresas nos depare el futuro, la
comunidad seguirá existiendo.
En la comunidad militante el trabajo se acumula día tras día. Para
cada uno de nuestros pequeños esfuerzos de cada chica que nos une, por
cada hijo nacido dentro de nuestras familias, crecimos juntos.
Vi, en una noche de viernes del mes de agosto en la tierra de
Occitania veinticinco chicos y chicas que tamaron conciencia de lo que
los unía profundamente. A pesar de la diversidad geográfica, social,
espiritual, esta noche a través de nuestras palabras y nuestras
canciones de espíritu comunitario que mantuvo nuestros corazones más
caliente que el fuego de la chimenea.
Que nuestra comunidad militante , forjada en la alegría y el dolor,
las decepciones y triunfos, para pasar de la resistencia identitaria a
la Reconquista.
Philippe Vardon, 2003
Traducido por identitaria.es
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